Nutrición. Los seres vivos se alimentan de
sustancias nutritivas del medio ambiente. En su interior circulan líquidos que
transportan los nutrientes y otros elementos indispensables para la vida.
También tienen la capacidad de almacenar en algunas partes de sus cuerpos y de
desechar lo que no necesitan.
Respiración. Posibilita que los nutrientes que hay
en los alimentos se transformen en la energía que permite a los seres realizar
todas sus funciones.
Desarrollo. Como consecuencia de la alimentación y
de diversas reacciones que se efectúan en el interior de sus organismos, al
asimilar los nutrientes, los seres vivos se transforman y se desarrollan
durante toda su vida. Algunas de estas reacciones permiten que se conserven sus
cuerpos y que se reparen cuando resulta necesario, por ejemplo, el ser humano,
para desarrollarse, produce más sangre, más músculos y más piel; sus órganos
internos cambian de tamaño y de funciones.
Reproducción. Los seres vivos se multiplican y
producen otros seres vivos semejantes a ellos: los huevos de aves generan aves,
las semillas de frijol producen plantas de frijol y las personas dan vida a
otras personas. Mediante sus descendientes, dan continuidad a su existencia en
la Tierra.